Mónica Toscano, psicoanalista y especialista en adolescencia, se refiere en diálogo con Clarín a las variables que están detrás de estos episodios reiterados de violencia. “El tema más importante es, ¿soy capaz de hacer cualquier cosa con tal de pertenecer a un grupo? La segunda variable de investigación es que en un principio la relación con los padres era una relación difícil, pero todavía había un puente de conexión con las familias. Había chicos que podían todavía ir a pedir ayuda a los adultos. Lo que se ha agregado hoy es que los chicos no creen en la autoridad de los adultos. Lo que yo llamo ausencia de autoridad. Pareciera que ese puente se rompió”, analiza Toscano.
Aplica desde hace 20 años el método "Prevention in Act" para estos casos, tanto en Argentina como en Europa, en donde también se advierten estos episodios. Explica que lo principal es formar a los docentes para que puedan leer signos, variaciones anímicas y de conducta. Que la institución, guiada por el método formativo, pueda crear una red de trabajo de encuentros anuales con padres y alumnos. De ahí se desprende que las preocupaciones de los chicos muchas veces no coinciden con las de los padres.
La falta de límites y la necesidad de pertenencia a un grupo sin medir la violencia crea una combinación fatal si se agregan las redes sociales: “Tenemos que trabajar en la posibilidad de que como adultos abramos un espacio para poder escucharlos. Solos y sin autoridad los chicos llegan a la escuela con un arma blanca, no pueden internalizar una ley paternal que les diga que no se puede hacer semejante cosa. Entonces yo apelo a que la sociedad y los padres tomemos conciencia y nos capacitemos”.
Alianza Francesa de Buenos Aires